Palacio de Villena

 

   El complejo palaciego lo mandó construir don Juan Fernández Pacheco (Marqués de Villena), y de quien toma el palacio su denominación. En sus dependencias se alojó Isabel la Católica, tras la Jura de los Toros de Guisando, mediante la cual se puso fin a la guerra civil con su hermano Enrique IV.

 

  Tras varias vicisitudes y avatares, los Reyes Católicos lo entregaron como dote al duque de Frías con motivo del casamiento de éste con la hija de Fernando el Católico, doña Juana de Aragón. 

 

  Inicialmente fue construido en estilo románico, mediante grandes sillares de piedra, con planta rectangular y dos fachadas. Una de ellas mira al norte y presenta almenas, mientras que la otra, meridional, presenta arquería de medio punto. Posteriores reformas le acercan al estilo renacentista, con columnas jónicas y una preciosa galería con mirador. En el siglo XVI se construyó un jardín y un gran estanque de piedra.

 

  El palacio está declarado Bienes de Interés Cultural ( 3 de junio de 1931).